¿Qué sucede en el exploratorio de arte ?

A través de la cultura de la paz y no violencia, y en colaboración con niños y niñas de cada lugar, tejeremos un retrato vivo que escucha y da voz a los habitantes más jóvenes de dos comunidades, que a su vez dialogarán entre ellas.

Invitaremos a las y los niños a que nos cuenten-muestren su comunidad y sus formas de vida. Lo que ellos ven. Cómo lo ven y cómo lo viven. Los invitaremos a hablar de ellos a partir de sembrarles la pregunta e invitarles a mirar y contar-se, contar-nos cómo es el lugar en el que habitan, sus espacios y actividades preferidas...

Seremos el canal para la situación y provocaremos el diálogo entre ellos y también con esos otros niños y niñas que habitan su colonia, su ciudad, su país. Exploraremos formas de mirar, pensar, re inventar y compartir el espacio que habitan.

Cómo se ve cuando miramos lo que hacemos juntes

Piezas de correspondencias artísticas

Trazar un camino, trazar una experiencia, invitar al otre a mirar desde mi mirada.

Las imágenes construyen formas de vida porque se repiten una y otra vez hasta que se convierten en lo que entendemos por realidad.

En ese poder de repetición radica su capacidad para transmitir mensajes que se transforman en axiomas que propician acciones: lo que comemos y lo que no, las partes de nuestro cuerpo que cuidamos y las que no, las personas a las que amamos y a las que no.

Las imágenes nos atraviesan, pasan a través de nosotras como las espadas cortan los cuerpos de los enemigos vencidos, prometiéndonos un paraíso imposible. Y en esa tensión de desear lo que no podemos alcanzar se instalan muchos de nuestros malestares *...

Mientras tanto,

nosotras nos mantenemos necias e insistimos en cosntruir desde el amor

*fragmento del libro que adoramos escrito por María Acaso y por Clara Megías, titulado:

Soberanía visual,Una guía para la autogestión de las imágenes.

Ante el scroll infinito de las pantallas con imágenes imposibles... mirar al otre, detenerme y dejar espacio a la experiencia en compañía se torna una acción rebelde semillera de autocuidados compartidos. Así contamos la celebración de la ternura.

él necesita ayuda: me detengo: le enseño. celebramos lo aprendido.

hago lo que observo que el mundo a mi alrededor hace.

la potencia de la pausa para presenciar una acto de atención.